Estudios constatan que el vino mejora síntomas de la diabetes

Más de 200 expertos se reunieron esta semana en el Congreso Internacional Vino y Salud, que se llevó a cabo en España

ESPAÑA. La presidenta del Congreso Internacional Vino y salud, Rosa María Lamuela, afirma que los estudios apuntan a que el consumo moderado del vino mejora el metabolismo de la glucosa y aumenta el colesterol beneficioso (HDL) en los pacientes diabéticos.

Lamuela hizo estas declaraciones durante del congreso, que se llevó a cabo del 16 al 18 de febrero en España y que reunió a más de 200 especialistas en investigación sobre el vino y la nutrición.
La doctora es miembro del departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimentación y Gastronomía de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona.
Indicó que los polifenoles del vino -sustancias químicas que están más presentes en los tintos, pero también en blancos y en menor medida en rosados- son beneficiosos porque tiene un efecto protector en relación con la diabetes, según se ha constatado en las últimas investigaciones sobre esta enfermedad.
Durante el congreso también se puso en manifiesto que no hay ningún estudio que demuestre que el consumo de vino engorda. Lamuela explica que al ser "alcohol tiene calorías", pero "no existe una correlación entre aumento de peso y el vino".
La especialista recalcó que se tiene que tener un "consumo moderado" de vino, que se establece en dos copas diarias para los hombres y una para las mujeres. Asimismo, es preferible que se beba durante la ingesta de alimentos, más recomendable en las cenas, y nunca se deben superar las cuatro copas tomadas de una sola vez.
La experta indicó que para obtener todos los efectos beneficiosos del vino se ha de acompañar de una dieta mediterránea.
"El organismo humano es un ser vivo muy complejo y muy especial, que no responde igual que una máquina que mide las calorías", señaló, por lo que descartó que se pueda culpar solo al vino el aumento de peso.
Entre los efectos beneficiosos de un consumo moderado de vino mencionó la prevención de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer; y también tiene propiedades prebióticas, ya que favorece una microbiota o microflora intestinal saludable.
En este congreso también se analizó la conexión del vino con las enfermedades cardiovasculares y coronarias, que es el tema más estudiado y el que tiene mayor base científica.
Lamuela recordó que el vino ejerce un papel cardioprotector, es antioxidante y antinflamatorio, por lo que se llega a recomendar su consumo moderado por la noche a pacientes que han sufrido un infarto o una angina de pecho, ya que ayuda a que se encuentren mejor.
Además, los consumidores moderados de vino son un 25% más longevos y sufren menos enfermedades que los abstemios o los bebedores excesivos, afirmó.

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