"Un desastre llamado Ollanta Humala"

El gobierno de Ollanta Humala ha sido el peor desde 1990. Recibió la economía creciendo 7%. Si no fuera por la producción de las minas que se empezaron a construir antes del 2011, el crecimiento sería 1.5%.

Humala convirtió el superávit de 2% del PBI en déficit de 3%, el mayor de los últimos 17 años. La ineptitud del gobierno paralizó una multitud de proyectos privados, como la ampliación del Jorge Chávez, pero concesionó elefantes blancos como el Gasoducto del Sur. No se puso doble vía a la Panamericana; millones esperan por agua y desagüe; la inseguridad campea. Se gastó más en programas sociales, pero aumentó la anemia.

Se enjuició por traición a la patria a la prensa independiente. En el colmo de la fatuidad y del mal gusto, el gabinete saliente se autocondecoró con la Orden del Sol. Humala: cinco años para el olvido.

“El déficit fiscal llegó al 3,3% del PBI en los últimos doce meses, es decir, a julio del 2016 cuando el Gobierno saliente se habría comprometido a que el déficit llegaría al 2,5%, habiendo además heredado un superávit de 2,2% en el 2011. La deuda pública llegaría al 25% del PBI el 2016 mientras que la deuda neta a 9,6% después de haber sido 22,1% y 8,6%, respectivamente el 2011”, 

Además que la inversión pública disminuyó durante el anterior gobierno. "La inversión pública, en el acumulado a julio, cayó en 23% real anual. “Lo que también es preocupante ha sido el gasto, sobre todo haberes que ha sido del orden del 100% en este quinquenio”.

Respecto a los compromisos asumidos por el Gobierno de Humala, “nos encontramos en una situación compleja, ya que en el caso de salarios los compromisos hacia futuro son de S/ 3.300 millones en el 2015. En el caso de la inversión pública, de S/ 28.000 millones comprometidos para el 2017 antes de que podamos abrir nuestro presupuesto y con limitado espacio fiscal que contamos”.

"Estos compromisos fiscales nos dificultarán priorizar los nuevos proyectos que pretendía emprender el gobierno". También el crecimiento de los programas sociales, los cuales pasaron de costar S/ 1.562 millones por año en el 2011 a S/ 4.990 millones en el 2015"

NADINE, EL PASIVO DEL GOBIERNO

Se equivocó al defender las reuniones que sostenia su esposa con los ministros.

“En vez de dar un giro, lo que hace es reforzar las críticas (a la ex-primera dama y a él). Él piensa que no hay nada malo, el uso de ese término evidencia que Humala no entiende que los cargos son por elección, designación o selección y no por parentesco […] Definitivamente el tema de Nadine sigue siendo una piedra en el zapato para el Gobierno”,

Sobre la negativa de Humala de dar su opinión sobre la unión civil, probablemente el presidente ve que estar a favor de ese tema le puede traer más problemas que beneficios, porque la mayoría según encuesta rechaza la propuesta de Carlos Bruce. “Él debería ser  coherente, decir lo que piensa y no aparecer como una persona que carece de opinión”.

LOS TALONES DE AQUILES

Creciente inseguridad ciudadana y la desaceleración de la economía, dos aspectos que Humala abordó muy a la ligera.

“Si bien es cierto de que el problema de la seguridad es estructural y se generó por la crisis de las instituciones en las últimas décadas, este Gobierno tiene responsabilidad de su expansión, porque no ha hecho nada. Esa inacción ha permitido que la inseguridad se desborde, hay regiones y ciudades tomadas por la delincuencia”, 

Existe un sistema de pago de cupos que no solo asfixia al ciudadano sino también a la economía, porque ha tenido el efecto de que muchos pequeños empresarios extorsionados decidan cerrar sus negocios.  

“Humala no puede decir que no va a cambiar la percepción, no puede solo decir que se incrementaron los policías. Él fue elegido porque supuestamente iba a liderar el Consejo de Seguridad Ciudadana”, 

Humala debió ser más enfático en su deslinde con su ex jefe de campaña Martín Belaunde Lossio, uno de los implicados en el Caso ‘La Centralita’, porque sus opositores políticos van a tratar de vincularlo con la mafia en Áncash para desprestigiarlo.